Trazando el panorama ambiental de la carne artificial o carne de laboratorio: Riesgos y desafíos en su camino hacia la sostenibilidad - Cuentos que no se comen

Trazando el panorama ambiental de la carne artificial o carne de laboratorio: Riesgos y desafíos en su camino hacia la sostenibilidad

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Trazando el panorama ambiental de la carne artificial o carne de laboratorio: Riesgos y desafíos en su camino hacia la sostenibilidad

La carne artificial o cultivada es un producto alimenticio que se obtiene a partir de células animales que se multiplican en un medio de cultivo controlado, sin necesidad de sacrificar a ningún animal. Esta tecnología surge como una posible solución al problema ambiental que supone la producción convencional de carne, que contribuye al cambio climático, la deforestación, la pérdida de biodiversidad y el consumo de recursos naturales.
Sin embargo, ¿es realmente la carne artificial una alternativa sostenible y viable? ¿Qué riesgos y desafíos implica su desarrollo y comercialización? En este artículo se analizan algunos aspectos ambientales de la carne artificial y se plantean algunas cuestiones éticas, sociales y económicas que deben tenerse en cuenta.
Ventajas ambientales de la carne artificial
Según diversos estudios (1), la producción de carne artificial podría tener varias ventajas ambientales en comparación con la producción de carne convencional. Algunas de estas ventajas son:
Reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). La producción de carne artificial podría reducir entre un 78% y un 96% las emisiones de GEI asociadas a la producción de carne, según un análisis del ciclo de vida realizado por Tuomisto y Teixeira de Mattos. Esto se debe a que la carne artificial no implica la emisión de metano por parte de los animales rumiantes, ni el uso de fertilizantes nitrogenados para los cultivos forrajeros.

Riesgos y desafíos ambientales de la carne artificial
A pesar de las potenciales ventajas ambientales de la carne artificial, también existen algunos riesgos y desafíos que deben ser considerados antes de su implementación a gran escala. Algunos de estos riesgos y desafíos son:

Incertidumbre sobre el impacto real:
La mayoría de los estudios que evalúan el impacto ambiental de la carne artificial se basan en supuestos teóricos o modelos hipotéticos, ya que aún no existe una producción comercial ni un consumo masivo de este producto. Por tanto, los resultados obtenidos pueden variar significativamente según las condiciones reales del proceso productivo, el tipo y origen de las células utilizadas.
La carne artificial no es una panacea ambiental ni una solución definitiva al problema del consumo excesivo de carne. Antes de apostar por esta tecnología disruptiva, se debería considerar el impacto real que tendría en el medio ambiente y en la sociedad, así como las posibles alternativas más sostenibles y respetuosas con el planeta y con los animales.
Promover y respaldar a los productores que adoptan prácticas de ganadería extensiva, ecológica y ética, las cuales priorizan tanto el bienestar animal como la preservación del medio ambiente, emerge como una acción perfectamente viable en el contexto de un país como Colombia.
Dependencia de recursos no renovables:
La producción de carne artificial requiere el uso de energía eléctrica, que en muchos países proviene de fuentes fósiles como el carbón, el petróleo o el gas natural. Estas fuentes son limitadas y contribuyen al cambio climático por sus emisiones de GEI. Además, la carne artificial necesita un medio de cultivo que contenga nutrientes, hormonas y factores de crecimiento, que podrían provenir de animales o plantas, lo que implicaría un uso adicional de recursos naturales.

Marco legal y regulatorio:
Marco legal y regulatorio. La carne artificial plantea una serie de cuestiones legales y regulatorias que deben ser resueltas antes de su comercialización. Por ejemplo, ¿cómo se debe etiquetar y denominar la carne artificial? ¿Qué normas sanitarias y de calidad debe cumplir? ¿Qué derechos de propiedad intelectual se aplican a la carne artificial? ¿Qué responsabilidades tiene el productor en caso de daños al consumidor o al medio ambiente?

En conclusión, la producción de carne artificial también plantea una serie de riesgos y desafíos que deben ser evaluados con rigor y precaución, tales como la incertidumbre sobre su impacto real, la dependencia de recursos no renovables, la seguridad alimentaria, la aceptación social y el marco legal y regulatorio.
Ante este escenario, se hace necesario un debate multidisciplinar e inclusivo que considere las diferentes perspectivas y valores de los actores involucrados, así como el respeto por el medio ambiente y los animales.
Asimismo, se debe fomentar el consumo responsable y moderado de carne, tanto de origen animal como artificial, y apoyar a los productores que practican una ganadería sostenible y ética. Solo así se podrá garantizar una alimentación saludable y equilibrada para las generaciones presentes y futuras.

Referencias

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