Los primeros cinco años de vida son fundamentales para el desarrollo físico, emocional y cognitivo de un niño. Durante este período, el cuerpo está en constante crecimiento y desarrollo, y la nutrición juega un papel clave en este proceso. Una alimentación adecuada no solo satisfará las necesidades nutricionales del niño, sino que también establecerá las bases para una vida saludable en el futuro.
“En Colombia hay 500.000 niños menores de 5 años con 14 puntos menos de coeficiente intelectual, 5 años menos de escolaridad y 54% menos de ingresos en su vida adulta porque no se alimentaron bien en su primera infancia”, indica Juan Carlos Buigrago, director de la Red de Bancos de Alimentos de Colombia ABACO. Dado lo anterior, cobra importancia atender las siguientes recomendaciones de nutrición en niños menores de 5 años:
- Proporcionar nutrientes esenciales: Los nutrientes esenciales, como proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas y minerales, son fundamentales para el desarrollo y crecimiento del niño. Una alimentación adecuada que incluya una variedad de alimentos frescos, como frutas, verduras, granos integrales, proteínas magras y grasas saludables, puede ayudar a proporcionar estos nutrientes esenciales.
- Fomentar el crecimiento y el desarrollo: La nutrición adecuada ayuda a los niños a crecer y desarrollarse de manera saludable. Los nutrientes esenciales pueden ayudar a construir músculos y huesos fuertes, mejorar la función inmunológica y apoyar el desarrollo cognitivo y emocional.
- Establecer hábitos alimenticios saludables: durante los primeros cinco años de vida puede establecer hábitos alimenticios saludables que duren toda la vida. Los niños que se acostumbran a comer una variedad de alimentos frescos y nutritivos pueden ser más propensos a seguir una dieta saludable en la edad adulta.
- Reducir el riesgo de enfermedades crónicas: Una alimentación adecuada durante los primeros cinco años de vida puede reducir el riesgo de enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares. Los niños que consumen una dieta rica en nutrientes y baja en grasas saturadas y azúcares pueden tener un menor riesgo de desarrollar estas enfermedades en la edad adulta.
- Apoyar el desarrollo cognitivo y emocional: Los nutrientes esenciales mejoran la función cerebral, así como también el desarrollo de habilidades sociales y emocionales.
Además, enumeramos algunas estrategias que te ayudarán a brindarle una alimentación balanceada a tu pequeño:
- Amamantar durante al menos los primeros seis meses: esta es una excelente forma de proporcionar nutrientes esenciales al niño durante los primeros seis meses de vida. La leche materna contiene anticuerpos que ayudan a proteger al niño contra enfermedades y también ayuda a establecer una relación cercana entre la madre y el niño.
- Proporcionar una variedad de alimentos frescos: A partir de los seis meses, los niños pueden comenzar a consumir una variedad de alimentos frescos, como frutas, verduras, granos integrales y proteínas magras. Es importante ofrecer una variedad de alimentos para asegurarse de que el niño esté obteniendo todos los nutrientes esenciales que necesita.
- Evitar alimentos procesados y ricos en azúcares: Los alimentos procesados y ricos en azúcares pueden ser perjudiciales para la salud del niño. Es importante evitar alimentos como snacks salados, productos lácteos procesados y bebidas azucaradas, y en su lugar ofrecer alimentos frescos y nutritivos.
- Aprovechar las oportunidades de alimentación: ofrecer al niño una variedad de alimentos frescos y nutritivos. Las comidas y las meriendas pueden ser una excelente oportunidad para ofrecer alimentos saludables y evitar los alimentos procesados y ricos en azúcares.
- Educar a los niños sobre la nutrición: Los niños que entienden la importancia de la nutrición pueden ser más propensos a seguir una dieta saludable en la edad adulta.
Desde el primer día de vida, es esencial que los niños reciban una alimentación adecuada que respalde su óptimo desarrollo físico, cognitivo y emocional. Además, los padres y cuidadores desempeñan un papel crucial al ser modelos a seguir en hábitos alimenticios saludables, ya que los niños tienden a imitar lo que ven en sus padres. No obstante, siempre es recomendable buscar orientación adicional consultando con el pediatra de tu bebé o niño