En el mundo agitado y estresante en el que vivimos, es fácil descuidar nuestra salud mental y emocional. Muchas veces, pasamos por alto la estrecha relación entre lo que comemos y cómo nos sentimos. En este artículo, revisaremos la profunda conexión entre la nutrición, el estado de ánimo y la salud mental, y exploraremos cómo los alimentos que consumimos pueden impactar directamente en nuestro bienestar emocional y mental.
La conexión entre nutrición y salud mental
La idea de que “somos lo que comemos” cobra un nuevo significado cuando consideramos nuestra salud mental. Numerosos estudios han demostrado que una dieta equilibrada y nutritiva no solo beneficia nuestro cuerpo físico, sino también nuestra mente. Los nutrientes esenciales que obtenemos de los alimentos desempeñan un papel crucial en la regulación de neurotransmisores clave que afectan nuestro estado de ánimo, como la serotonina y la dopamina.
Para el psicólogo clínico experto en salud mental, Dr. Rafael David Antolinez “es fundamental reconocer que nuestra alimentación no solo afecta la salud física, sino también la salud emocional y mental. Siempre nos hemos preguntado dónde se une la mente y el cuerpo, pues déjame decirte que cuando no estamos alimentándonos de manera correcta y hago referencia a no solo comer por comer, sino a ingerir alimentos que sí ayuden a nuestro correcto desempeño diario.
Si estamos teniendo dificultad para ser asertivos en nuestra comunicación y emociones, los impulsos enviados por nuestros neurotransmisores desencadenan reacciones bioquímicas las cuales producen un actuar lleno de emociones, pensamientos y conductas no acordes a lo que en realidad estamos experimentando. Es aquí donde nuestro segundo cerebro “el sistema digestivo”, juega un papel significativo en nosotros, ya que al estar constantemente expuestos a estados emocionales estresantes, la activación de la hormona del cortisol es inminente, generando un desequilibrio a nivel orgánico.
Esto debido a que a la exposición excesiva al cortisol le precede una intoxicación, generando un estado somático en todo el cuerpo y haciendo que los órganos y el aparato digestivo funcionen de manera inadecuada y es ahí cuando ocurre la cascada de “males” tales como colon inflamado, gastritis, mareos, opresión en el pecho, dolor de nuca, espalda entre otros.
Es por ello de vital importancia hacer un stop ante las señales de nuestro cuerpo, por esto es recomendable una buena nutrición y ejercicio de forma regular, pues de esto se deriva un adecuado estado emocional y al decir esto hago referencia a reconocer y gestionar nuestras emociones generando un equilibrio entre mente y cuerpo, lo cual dará a tu día a día mayor asertividad, mejor gestión de los conflictos, disminución de la posible aparición de problemas de salud mental, tales como la depresión, ansiedad y somatización de síntomas” concluye el Dr. Antolinez.
Los alimentos y su impacto en el estado de ánimo
Es fascinante cómo ciertos alimentos pueden tener un impacto directo en cómo nos sentimos. Por ejemplo, los alimentos ricos en triptófano, como el huevo, el pavo y los plátanos, pueden aumentar los niveles de serotonina, conocida como la “hormona feliz”. Por otro lado, el consumo excesivo de alimentos procesados y azúcares refinados puede provocar fluctuaciones en los niveles de azúcar en la sangre y contribuir a la fatiga y la irritabilidad.
Desde la perspectiva de la nutricionista, Mariana Aguilera, de la Universidad Javeriana, “una dieta equilibrada que incluya una variedad de alimentos frescos, enteros y nutritivos es esencial para mantener un estado de ánimo estable y una salud mental óptima. La moderación y la diversidad son clave para garantizar un aporte adecuado de nutrientes”.
Revelaciones científicas sobre el impacto de los alimentos en nuestra salud mental
En el campo de la nutrición y la salud mental, hay descubrimientos emocionantes que están cambiando la forma en que entendemos cómo la comida afecta nuestra mente. Citamos aquí información de un artículo de la Revista de Nutrición Clínica y Metabolismo donde se indica por ejemplo que la vitamina D, que obtenemos del sol y algunos alimentos, podría ayudar a proteger nuestro cerebro de enfermedades como el Alzheimer y el Parkinson. Además, estudios sugieren que lo que comemos, como alimentos ricos en omega-3 (como el pescado), podría ayudar a mejorar el ánimo y a mantener nuestra mente afilada a medida que envejecemos. Así reforzamos el mensaje: elegir alimentos nutritivos no solo es bueno para nuestro cuerpo, ¡también es genial para nuestra mente!
Estrategias para mejorar el bienestar emocional a través de la alimentación
La buena noticia es que podemos tomar medidas para mejorar nuestro bienestar emocional y mental a través de nuestras elecciones alimenticias. Optar por una dieta rica en frutas, verduras, granos enteros, proteínas magras y grasas saludables puede proporcionar a nuestro cuerpo los nutrientes necesarios para mantener un equilibrio emocional y mental.
Además, practicar la atención plena al comer puede ayudarnos a desarrollar una relación más consciente con la comida y a identificar cómo ciertos alimentos nos hacen sentir. Al prestar atención a nuestras señales internas de hambre y saciedad, podemos cultivar una alimentación intuitiva que respalde nuestro bienestar físico y emocional.
Un llamado a la acción para priorizar nuestra nutrición y bienestar emocional
Recordemos que alimentos ricos en omega-3, como el salmón, las semillas de chía y linaza, así como aquellos que contienen triptófano, como huevo, pavo, nueces, almendras y los plátanos, pueden contribuir a la producción de neurotransmisores asociados con la felicidad y la estabilidad emocional. Por otro lado, es fundamental limitar el consumo de alimentos procesados y ricos en azúcares refinados, que pueden desencadenar fluctuaciones en el estado de ánimo y la energía.
Desde “Cuentos que no se comen”, seguimos promoviendo el mensaje de tener una alimentación consciente y saludable, te recordamos que una dieta equilibrada, que incluya una amplia variedad de alimentos frescos y nutritivos, es esencial para mantener un estado de ánimo estable y una salud mental óptima. A través de pequeños cambios en nuestros hábitos alimenticios y una mayor conciencia de cómo los alimentos afectan nuestro bienestar emocional, podemos transformar nuestra relación con la comida y cultivar una vida llena de vitalidad y equilibrio. Juntos, trabajemos hacia un futuro donde la nutrición sea un aliado poderoso en nuestro viaje hacia el bienestar integral.
Referencias