Cómo el mindfulness puede mejorar la relación con la comida

Cómo el mindfulness puede mejorar la relación con la comida

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Cómo el mindfulness puede mejorar la relación con la comida

¿Alguna vez te has encontrado comiendo sin siquiera darte cuenta? A todos nos ha pasado: devorar un plato mientras nuestra mente está en otro lugar. Sin embargo, hay una forma sencilla de recuperar el control sobre nuestras decisiones alimenticias y disfrutar más de cada bocado. El mindfulness, o atención plena, nos invita a transformar nuestra relación con la comida, ayudándonos a reconocer las señales de nuestro cuerpo y a reducir el impulso de comer sin necesidad. Sigue leyendo y descubre cómo esta práctica puede ser la clave para una alimentación más consciente y saludable.

¿Qué es el mindfulness aplicado a la alimentación?

El mindfulness, que ha ganado popularidad en los últimos años por sus beneficios en la reducción del estrés, también ha demostrado ser una herramienta eficaz en la mejora de la relación con la comida. La práctica de la alimentación consciente, también conocida como mindful eating, implica prestar atención de manera intencional al momento presente mientras se come, sin juzgar ni criticar. En lugar de dejar que las emociones, el estrés o los hábitos inconscientes guíen nuestras elecciones alimenticias, el mindfulness nos invita a ser conscientes de las señales de nuestro cuerpo y mente.

Según la nutrióloga Michelle Tomé, experta en mindful eating, esta práctica ayuda a las personas a “identificar las señales físicas y emocionales que surgen durante las comidas”. Al estar más conectados con el momento presente, podemos reconocer mejor las señales de hambre y saciedad, lo que nos permite comer de manera más equilibrada y evitar los excesos.

Beneficios del mindfulness en la alimentación

La práctica de mindfulness aplicada a la alimentación ofrece múltiples beneficios que van más allá del simple acto de comer. Aquí te presentamos algunos de los más destacados:

  • Reconocimiento de las señales de hambre y saciedad: Al prestar atención a las sensaciones físicas de nuestro cuerpo, como el hambre y la saciedad, aprendemos a comer lo que necesitamos y cuando lo necesitamos. Esto nos ayuda a evitar comer por impulsos emocionales o simplemente por costumbre.
  • Mayor apreciación de los sabores y texturas: Comer con atención plena implica saborear cada bocado, apreciar las texturas, olores y colores de los alimentos. Esto no solo enriquece la experiencia de comer, sino que también puede llevarnos a disfrutar más de los alimentos saludables.
  • Reducción de la alimentación emocional: Muchas veces comemos en respuesta a nuestras emociones: ansiedad, tristeza o incluso aburrimiento. El mindfulness nos ayuda a identificar esas emociones antes de recurrir a la comida, permitiendo que gestionemos esos sentimientos de maneras más saludables.
  • Mejora en la regulación del peso: Al estar más conscientes de lo que comemos y por qué lo hacemos, es más fácil regular la ingesta de alimentos y mantener un peso equilibrado sin recurrir a dietas restrictivas. Un estudio publicado por el Instituto Puleva de Nutrición resalta que las personas que practican mindful eating tienden a tener una mejor gestión de su peso y menos episodios de comer en exceso.
  • Bienestar emocional: Al ser una práctica que fomenta la conexión con el presente, el mindfulness reduce el estrés y la ansiedad relacionados con la comida, promoviendo una relación más tranquila y satisfactoria con los alimentos.

Cómo practicar mindfulness durante las comidas

Adoptar una alimentación consciente no requiere grandes cambios, solo pequeños ajustes en nuestra forma de comer. Aquí te ofrecemos algunos consejos prácticos para empezar a incorporar el mindfulness en tus comidas:

  • Come sin distracciones: Apaga el televisor, guarda el teléfono y concéntrate en el acto de comer. Estar presente en cada bocado te ayudará a disfrutar más de la comida y a reconocer mejor tus señales internas.
  • Observa tus alimentos: Antes de empezar a comer, toma un momento para observar la comida en tu plato. Fíjate en los colores, las texturas y los olores. Esto te ayudará a conectarte con la comida y a saborearla con más atención.
  • Mastica despacio: Una de las claves del mindful eating es masticar lentamente. Esto no solo mejora la digestión, sino que también te permite apreciar más los sabores y detectar cuándo estás satisfecho.
  • Presta atención a las señales de tu cuerpo: Haz pausas durante la comida para preguntarte si aún tienes hambre o si ya te sientes satisfecho. Comer con atención plena te permite respetar las necesidades de tu cuerpo en lugar de comer por hábito.
  • Identifica tus emociones: Antes de comer, pregúntate si realmente tienes hambre o si estás comiendo por alguna emoción. Si te das cuenta de que comes por ansiedad o estrés, prueba a realizar una breve respiración profunda o a dar un paseo antes de recurrir a la comida.

Estudios científicos que respaldan el mindful eating

Numerosos estudios han demostrado los beneficios del mindfulness en la alimentación. Según una investigación publicada en el Blog del Instituto Puleva de Nutrición, la práctica del mindful eating ha demostrado ser eficaz en la reducción de los comportamientos de alimentación impulsiva, como el atracón o comer emocionalmente. Los participantes de estos estudios no solo mostraron mejoras en su relación con la comida, sino que también lograron mantener un peso más saludable a largo plazo.

Un artículo de El Tiempo también destaca que el mindful eating puede beneficiar tanto a quienes buscan regular su peso como a aquellos que desean desarrollar una relación más armoniosa con la comida. Al estar más presentes y atentos durante las comidas, las personas reportan sentirse más satisfechas y menos propensas a comer en exceso.

El mindfulness nos ofrece una forma diferente de relacionarnos con la comida, ayudándonos a estar más conectados con nuestras necesidades y emociones. A través de la práctica del mindful eating, no solo mejoramos nuestra salud física al regular mejor nuestra alimentación, sino que también obtenemos beneficios emocionales al reducir el estrés y la ansiedad relacionados con la comida.

Si deseas empezar a mejorar tu relación con los alimentos, intenta aplicar algunos de los consejos de mindfulness en tu próxima comida. La clave está en la atención plena: estar presente, saborear cada bocado y, lo más importante, escuchar lo que tu cuerpo realmente necesita.

En Cuentos que no se Comen, creemos que una buena relación con la comida comienza desde la consciencia y el respeto por nuestro propio bienestar. ¡Te invitamos a probar el mindful eating y descubrir una nueva forma de disfrutar los alimentos!

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